Uno juraría que, con “Blanc”, Ferran Palau cierra una bella
trilogía en la que, a cada nuevo disco, ha ido corrigiendo el tiro
afinando mucho su propuesta para lograr así su mejor trabajo en
solitario hasta la fecha. Si más no, el más solido, el mejor
compensado o equilibrado. Una obra repleta de una belleza sutil y
delicada que va extendiendo su ambiente vaporoso hasta crear una
complicidad plena con el oyente que te embarga, que actúa como un
básamo ante la prisa y lo chabacano. Un disco corto, diez aciertos,
para el que el guitarra y ocasional cantante de Anímic se ha vuelto a
dejar acompañar por Jordi Matas -guitarrista de los también
catalanes Seward– en un mano a mano en el que se han repartido una
instrumentación con la que han sabido tejer el entramado perfecto
para los delicados versos de Ferran Palau. Unas letras que, por
momentos, parecen describir emociones como si de una fotografía se
tratara, como si el tiempo se pudiera detener que encuentran un
colchón de notas de tintes crepúsculares que llega a beber de Thom
Yorke a Ennio Morricone pasando por Bon Iver o John Grant. MONDOSONORO
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photography
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21/05/2018 Last update